GAIA (2) SEMILLAS GIGANTES, HOY PETRIFICADAS, DE NUESTRO ÁRBOL MADRE
GAIA (2)
SEMILLAS GIGANTES, HOY PETRIFICADAS, DE NUESTRO ÁRBOL MADRE
Gracias a mi amiga Anne Edith Bigouret Courtois por enviarme las fotos con infinita paciencia.
SEMILLAS GIGANTES, HOY PETRIFICADAS, DE NUESTRO ÁRBOL MADRE
Gracias a mi amiga Anne Edith Bigouret Courtois por enviarme las fotos con infinita paciencia.
Un día el mundo sabrá que la tierra fue creado del vegetal, de un árbol gigante.
La tierra vista por los colores del arco iris. El bosque aún guarda su rastro en la piedra, la corteza del árbol gigante es una pintura fresca en el tiempo. El intestino es un misterio para nosotros, son las galerías sin límites en las raíces de esta cepa que ha vivido en las huellas de su propia madre. No queda más de sus vidas que la piedra, las rocas, la lava, nuestros volcanes, nuestras montañas. Somos una pequeña parte de ellos, son nuestra memoria, somos ellos. Estamos aquí gracias a ellos, esos árboles gigantesson nuestra sangre, somos sus ojos, somos sus manos.
La tierra se ve por los colores del arco iris. La madera todavía mantiene su rastro en la piedra, la corteza del árbol gigante es una pintura fresca en el tiempo. Las entrañas son un misterio para nosotros, son galerías sin límites en las raíces de esta cepa que vivió en los pasos de su propia madre. Todo lo que queda de sus vidas es piedra, rocas, lava, nuestros volcanes, nuestras montañas. Son nuestra memoria, somos ellos. Estamos aquí gracias a ellos, estos árboles gigantes son nuestra sangre, somos sus ojos, nosotros somos sus manos.
De HASSAN BODIH
Copiado de Anne Edith Bigouret Courtois
La tierra vista por los colores del arco iris. El bosque aún guarda su rastro en la piedra, la corteza del árbol gigante es una pintura fresca en el tiempo. El intestino es un misterio para nosotros, son las galerías sin límites en las raíces de esta cepa que ha vivido en las huellas de su propia madre. No queda más de sus vidas que la piedra, las rocas, la lava, nuestros volcanes, nuestras montañas. Somos una pequeña parte de ellos, son nuestra memoria, somos ellos. Estamos aquí gracias a ellos, esos árboles gigantesson nuestra sangre, somos sus ojos, somos sus manos.
La tierra se ve por los colores del arco iris. La madera todavía mantiene su rastro en la piedra, la corteza del árbol gigante es una pintura fresca en el tiempo. Las entrañas son un misterio para nosotros, son galerías sin límites en las raíces de esta cepa que vivió en los pasos de su propia madre. Todo lo que queda de sus vidas es piedra, rocas, lava, nuestros volcanes, nuestras montañas. Son nuestra memoria, somos ellos. Estamos aquí gracias a ellos, estos árboles gigantes son nuestra sangre, somos sus ojos, nosotros somos sus manos.
De HASSAN BODIH
Copiado de Anne Edith Bigouret Courtois
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