TÚMULO DE GABRINIS: ARTE MEGALÍTICIO
Nos encontramos ante un ejemplo perfecto de Arte Megalítico, el túmulo de Gavrinis, en la Bretaña francesa, localizado en la isla de Gavrinis, la cual da nombre al monumento arquitectónico y que se encuentra en el Golfo de Morbihan. Es una pequeña isla de origen granítico que no llega al kilómetro de longitud y apenas tiene 400 metros de anchura, en la que no existe en la actualidad asentamiento de ningún tipo. Su construcción se estima alrededor del 3500 a.C. por lo que estamos ante un monumento prehistórico relativamente “moderno” si se permite dicho calificativo.
El túmulo de Gavrinis tiene un diámetro de 50 metros y una altura máxima de 2 metros, su corredor tiene unos 14 metros de largo y hay dólmenes y losas de todo tipo de tamaño con ideomorfos grabados en U y algún que otro zoomorfo como el gran bóvido de 2 metros de longitud. De las 29 losas que componen el túmula, 23 de ellas están profusamente decoradas con ideomorfos en U, los cuales son los que más nos llaman la atención por su armonía.
Este monumento funerario responde al esquema básico de este tipo de monumentos en la Prehistoria: “una cámara sepulcral precedida de un corredor de acceso, todo cubierto por un túmulo de piedras y tierra” según las palabras del profesor José Luís Sanchidrián. De hecho, los túmulos eran, en un principio, la combinación de tierra y piedras sobre una o varias tumbas que originalmente cubrían el cuerpo o los cuerpos. Poco a poco estos primitivos monumentos funerarios fueron evolucionando hasta encontrar ejemplos como el de Gavrinis, que es un verdadero edificio y no un simple apilamiento de rocas.
Los primeros pobladores neolíticos de estas zonas se caracterizaban precisamente por este tipo de enterramientos, túmulos con corredores de grandes dimensiones. Si observamos la disposición arquitectónica del túmulo de Gavrinis vemos como existe claramente una técnica de construcción que se refleja perfectamente en su escalonamiento de piedra.
Este tipo de construcciones tan elaboradas nos invita a plantearnos muchas preguntas y a abrir determinados debates. Hay quienes abogan por cuestiones lejos del rigor científico, apuntando a la magia e incluso a seres de otro planeta, cuestiones que desestimaremos rápidamente por muy exóticas e interesantes que puedan resultar para el público general. Pero por otro lado podemos realizarnos la pregunta de por qué este túmulo está situado en una isla deshabitada como Gavrinis ¿sería acaso un lugar de importancia mística para el pueblo? ¿existiría alguna leyenda de fondo que incitase a los pobladores a enterrar a sus fallecidos allí?
Al margen de la posible atribución mística o legendaria de la pequeña isla, también tendríamos que tener en cuenta que muchos de los túmulos se situaban para reivindicar derechos sobre determinados territorios, lo cual nos llevaría a plantearnos que quizá la isla de Gravrinis fuese el límite de un determinado pueblo. Pero, sin duda, la teoría que más fuerza parece cobrar en este tipo de construcciones es la religiosa; una incipiente religión dotada de ritos, ajuares y dioses propios en la que gracias a los propios ajuares podríamos asegurar que existía una jerarquía social incluso a la hora de dar sepultura a los muertos.
Aunque esta última teoría es la más aceptada respecto a la construcción y uso de túmulos funerarios como el de Gavrinis, no deberíamos dejar de lado el resto de teorías y debatir sobre ellas siempre que tengamos ocasión.
BIBLIOGRAFÍA.
Sanchidrián, J.L. Manual de arte prehistórico. 6ª Edición. Barcelona: Editorial Planeta S.A., 2012.
FTE: Heródoto & cía
Xiomara LEON
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